lunes, 30 de septiembre de 2013

De ahora en adelante…

Sé que estamos viviendo tiempos de mucha violencia en el mundo a pesar del mucho amor que también hay en el mismo. Sé del amor porque mi alrededor inmediato está cargado de amor. Mi esposa, mi hijo y yo estamos inmersos en una relación de entrega, de aceptación, tolerancia, respeto a pesar de ser diferentes, de tener opiniones propias y reacciones distintas ante las mismas situaciones. La receta es aprender en cada momento a reconocer, respetar y admirar la dignidad de cada uno.

También sé de la violencia porque la veo en la calle y leo en la prensa las expresiones de individualismo, la poca tolerancia a la frustración cada vez más creciente por la falta de paciencia y la necesidad creada de que todo sea inmediato, es decir: “yo quiero… pero lo quiero ya” y, si no ocurre, sobrevienen las expresiones de gritos, insultos, ofensas, golpes hasta llegar a terminar con la vida de otros. Los jóvenes y adultos pueden tomar un arma de fuego y acabar con quien se atraviese porque sí.

En todos los lugares donde vamos a llevar el mensaje del Amor de Dios para los matrimonios y las familias en Estados Unidos de Norte América y otros países, se nos acercan generalmente mujeres quienes viven en relaciones sacudidas por la violencia dentro de sus hogares, también se nos acercan hombres y mujeres que reconocen la agresividad que hay en ellos queriendo salir de ese mal que los hace sufrir a todos.

Estamos convencidos que apagando los televisores y los programas, películas, telenovelas, noticieros que sólo nos muestran la violencia, la sed de venganza, el triunfo del individualismo a través de la maldad como herramienta para obtener el triunfo y encendiendo en nuestros hogares la comunicación efectiva entre los esposos, los padres y los hijos, dando siempre una oportunidad a la reconciliación, al perdón y a la armonía podemos vivir en un mundo mejor. Ya Jesús anuló hace muchos años la ley del ojo por ojo y diente por diente dándonos la nueva ley de amarnos unos a otros como Dios nos ama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario